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- Escrito por Agustina Iñiguez
- 06 de Abril, 2022
La Municipalidad del Partido de Avellaneda en conjunto con el Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires (CAPBA) llamaron a un concurso nacional de ideas para la realización de un parque público urbano y del edificio para el Museo del Fútbol a ubicarse en las inmediaciones del ejido urbano de la localidad de Avellaneda, provincia de Buenos Aires.
En el marco de la designación de la Ciudad de Avellaneda como Capital Nacional del Fútbol, el concurso fue auspiciado por la Federación Argentina de Entidades de Arquitectos (FADEA) y su objetivo se centró en interpretar las lógicas del par parque/museo a partir de propuestas con enfoques innovadores haciendo un aporte significativo en la construcción del paisaje cultural de la ciudad. Se otorgaron tres premios y una serie de menciones honoríficas sin orden de mérito.
El jurado otorgó el primer premio a los autores arquitectos Diego Ernesto Abramzon, Martin Mastrantonio, Mauricio Di Candia, Luisina Bartolucci y Juan Dillon (Estudio Abramzon). El equipo de proyecto estuvo conformado por Lautaro Fernández Romero, Bárbara Rodowicz, Juan Griffi y Candela Perea mientras que sus colaboradores fueron Nicolás Oro, Belén Britos, Julia Álvarez, Daniela Venezia, Débora Luna, Celina Weidmann y Carolina Zunino. Revisa el proyecto a continuación.
Cortesía de Estudio AbramzonMemoria enviada por los autores. La preexistencia habla de una playa ferroviaria, con sus galpones y vías, habla de estadios en el paisaje que definen la identidad de un barrio, habla de viviendas y de límites urbanos. Es la voluntad del proyecto entender la preexistencia como una oportunidad, y no como un impedimento, de sentar el precedente de que hay valor en el tiempo, en lo que fue y en lo que puede ser.
Cortesía de Estudio AbramzonCortesía de Estudio AbramzonEl proyecto se desarrolla respetando los dos galpones existentes, y generando un tercer elemento, el museo, como pieza de conexión entre ambos. Se aprovecha el edificio sur para proponer el mercado y el norte se convierte en el contenedor del auditorio, siendo el tercer edificio, el museo, el nexo entre ambos. Además, se propone la unión entre ambos mediante una cubierta generando así el punto estratégico de encuentro pertinente a la escala del parque. De esta manera, se quiere mantener la identidad del lugar dando espacio a las nuevas funciones, modernizando la plaza y, sobre todo, permitiendo que las necesidades proyectuales futuras se sigan acoplando al proyecto al evitar que el museo sea un hito único e inalterable en el tiempo.