CRONISTA APERTURA REAL ESTATE - IRSA
Por BELÉN FERNANDEZ
Actualizado el 19/08/2021 15:42
Se trata del convenio que el holding de Eduardo Elsztain firmó con el GCBA para avanzar con Santa María del Plata, su desarrollo de u$s 1800 millones en la ex Ciudad Deportiva de Boca, de Costanera Sur. Hace dos semanas, el oficialismo de la Ciudad lo había pospuesto
La Legislatura porteña finalmente dio media sanción este jueves al acuerdo urbanístico entre IRSA y el Gobierno porteño para autorizar la construcción de un ambicioso desarrollo mixto de viviendas, oficinas y locales comerciales en la Costanera Sur, ex predio de la Ciudad Deportiva de Boca. El proyecto significará una inversión de u$s 1800 millones.
Con 37 votos a favor y 20 en contra, el oficialismo porteño logró una primera sanción para el convenio del GCBA con IRSA para edificar, a la vera del río, Santa María del Plata, un desarrollo de usos mixtos.
Si bien se trata de un paso fundamental, este tipo de expedientes, que contempla un cambio de norma urbanística, se encuadra en los proyectos de doble lectura, los cuales demandan dos sanciones por parte de los diputados porteños, por lo cual todavía está lejos de aprobarse en su totalidad.
Además, habrá también una audiencia pública para que la ciudadanía pueda expresar sus opiniones.
Hace poco más de un mes, el Gobierno porteño anunció que el grupo que lidera Eduardo Elsztain le cederá el 67% del terreno para instalar un parque público. Como contrapartida, la Ciudad le permite edificar su tan postergado desarrollo de usos mixtos.
El convenio incluye cambios al tipo de uso del suelo del predio que, en la actualidad, solo tiene autorización para actividades deportivas, y habilita la construcción de edificios que tengan como máximo 145 metros de altura.
Los votos afirmativos para el proyecto fueron de los diputados de los bloques Vamos Juntos, UCR-Evolución y Partido Socialista. Los votos en contra fueron de los bloques del Frente de Todos y el Frente de Izquierda.
El expediente ingresó el 20 de julio al la Legislatura enviado por el Ejecutivo, pero la llegada al recinto fue frenada por un fallo judicial.
Solo cuatro días después, el juez porteño Guillermo Scheibler ordenó a los legisladores suspender el debate al hacer lugar a una acción de amparo presentada por el Observatorio del Derecho a la Ciudad que consideró que debía hacerse un estudio de impacto ambiental y una audiencia pública antes de iniciar la discusión parlamentaria.
En ese marco, la semana pasada, una resolución del juez Luis Ammirato revocó una medida de su colega y dio luz verde a la Legislatura para avanzar con el convenio.
EL PROYECTO
Se trata del predio de más de 71 hectáreas que está en desuso hace 30 años. Con este proyecto, 478.276 metros cuadrados (m2) serán destinados a un enorme parque público de cara al Río de La Plata, mientras que 237.904 m2 estarán destinados a la urbanización.
El master plan incluye mayoritariamente viviendas, un polo de oficinas, un shopping a cielo abierto y un paseo costero apto para correr y andar en bicicleta de 4,2 kilómetros.
Si todos los pasos que restan para su aprobación se cumplen, el mega-emprendimiento de 58 hectáreas comenzaría a construirse a fin de año.
HISTORIA
El ex predio de Boca, lindero a la reserva ecológica, fue parte de un sinfín de proyectos. A principio de 1960, el por entonces presidente de club xeneize, Alberto J. Armando, comenzó a diagramar un estadio para 140.000 espectadores, un sector de entrenamiento para el plantel, un gran polo deportivo para ser disfrutado por los socios, y una zona de entretenimientos.
El mega polo deportivo sólo se redujo a un sector de parrillas, algunas canchas y un pequeño parque de diversiones que, pronto, entró en desuso.
En 2007, 10 años después de haber comprado el terreno, IRSA anunció lo que sería un ambicioso proyecto, con torres residenciales, hoteles, comercios, teatros y restaurantes, para modernizar la zona de la Costanera Sur.
Sin embargo, no pudo avanzar y, tras un nuevo acuerdo con el Gobierno porteño, se espera que el flamante convenio urbanístico sea tratado en la Legislatura de la Ciudad para, finalmente, darle uso a una zona totalmente olvidada por más de tres décadas.