23/02/2019 - Clarín.com Ciudades | MARÍA SOL PORTA
Reciclaje De Basura | Ceamse
Pese a las esporádicas campañas de concientización, el problema de la basura sigue sin resolverse en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Al contrario: según un informe del Círculo de Políticas Ambientales, la cantidad de residuos sólidos urbanos que se envían a rellenos sanitarios creció un 41,87% entre 2010 y 2017. Más que el promedio de la población. La tendencia es sostenida y se observa en 31 de los 34 distritos que enviaron regularmente residuos a enterrar en el período analizado. Las tres excepciones son CABA, Ituzaingó y Brandsen.
Riesgo. En cinco años, el relleno sanitario de José León Suárez ya no tendrá espacio para enterrar basura. / Archivo
El estudio está basado en datos de la CEAMSE. Con casi 16 millones de habitantes, el área integrada por la Ciudad y el Gran Buenos Aires genera diariamente 18.500 toneladas de residuos sólidos urbanos, de las cuales un 96% va a parar a rellenos sanitarios. El principal es el de José León Suárez, donde se entierra la basura de la Capital y otros 35 municipios. Un segundo en González Catán recibe la de La Matanza y un tercero, en Ensenada, aloja la de ese partido más la de La Plata, Brandsen, Magdalena y Berisso.
En algunos municipios, el aumento en siete años de la basura enviada a enterrar fue del 4% al 30% (Florencio Varela, Almirante Brown, Moreno, Hurlingham, Malvinas Argentinas, Morón, General San Martin, Tres de Febrero, San Isidro y Vicente López). En otros, del 30% al 60% (Lomas de Zamora, Pilar, Escobar, Avellaneda, Magdalena, José C. Paz, Ensenada, Quilmes, Presidente Perón, Tigre, Berisso, Esteban Echeverría y La Matanza). Mientras, en San Fernando, La Plata, Merlo y Berazategui, el crecimiento fue del 60% al 90%. Y en Ezeiza, General Rodríguez, San Miguel y Lanús, de entre un 90% y un 150%.De los tres municipios que redujeron la cantidad de basura enviada a rellenos, sólo la Capital ofrece una disminución sostenida en el tiempo. Aunque es el distrito que más basura genera, entre 2010 y 2017, bajó un 47,22% el envío de residuos. Según el Gobierno porteño, en 2018 se registró una reducción de 29.258,6 toneladas. Esto, dicen, se logró por la inauguración en 2013 de una planta que trata los residuos áridos (escombros y restos de obra), que permite reutilizar 2.500 de las 6.700 toneladas de basura que genera la Ciudad por día. También hay 300 puntos verdes, 2.500 contenedores verdes y dos plantas de procesamiento MRF (Material Recycling Facility).
“Aumentamos las bocas de captación y la capacidad de procesamiento. Así logramos bajar un 53% la cantidad de toneladas que enterramos desde 2013, cuando empezó este proceso”, sostiene Eduardo Macchiavelli, el ministro de Ambiente y Espacio Público porteño.
A su vez, en los municipios del conurbano y en la Provincia argumentan que, en algunos casos, el aumento de las cifras registradas se debe a que los residuos que antes iban a basurales a cielo abierto ahora son enviados a los rellenos. “En general, un incremento sostenido del envío de residuos a la CEAMSE indica una mejora de la gestión”, señala Javier Arguilla, director de residuos del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), la autoridad ambiental bonaerense. “Tratamos de formalizar cooperativas de recolectores y estandarizar los procesos de las plantas de reciclaje que tienen los municipios para poder contabilizar lo que se recupera en función del objetivo de reducir la disposición final”, agrega el funcionario. Pero por el momento, no hay cifras oficiales de tasas de recupero.
En Lanús, uno de los municipios con más crecimiento de envíos, afirman que se recolectan entre 10 y 12 toneladas diarias de basura domiciliaria y que esa cifra no varió respecto de años anteriores. “Sí aumentó la cantidad de ramas o escombros recolectados, y eso se debe a que estamos combatiendo los basurales”, comenta una fuente municipal.
José León Suárez. El más usado de los tres rellenos del Área Metropolitana. /Archivo
Gran Buenos Aires: mucha basura y poco reciclaje
En Ezeiza, donde la cantidad de residuos enviados a enterrar aumentó un 147%, la recolección fue estatizada. “El sistema está muy organizado y nos evitamos los conflictos con las empresas de recolección”, aseguran. Esto incluye la incorporación de los antiguos recolectores informales como monotributistas, para complementar la recolección primaria con camiones. Las autoridades municipales aseguran que la cantidad de basura enviada a enterrar indica la eficiencia del sistema. Por otro lado, hace un año y medio se inauguró un centro de disposición final de residuos dentro del mismo partido.
Lo cierto es que un incremento general del 40% -o del más del 100% en casos puntuales- es muy grande como para explicarse únicamente por el “sinceramiento” de los residuos que antes se enviaban a basurales. Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), es muy crítico: “Los municipios no hacen ningún esfuerzo por minimizar la producción de residuos como lo establece la ley nacional -señala-. Cada tanto hay planes pilotos voluntaristas, pero no existen iniciativas concretas de parte de los partidos, como tampoco a nivel nacional. Por otro lado, la Provincia falla en el control de los basurales”.
Para Nápoli, la falta de medidas tiene que ver con un objetivo de más largo plazo. “Han tomado una decisión, que es el camino hacia la incineración. Todo lo que tienen que hacer es no hacer nada, hasta que se agoten los rellenos sanitarios”, advierte. Respecto de la Ciudad de Buenos Aires, si bien reconoce que hubo una reducción sensible en el envío de basura a los rellenos gracias a las mejoras en el tratamiento, asevera que aún no se llegó a los parámetros establecidos por ley.Hace falta una ley de envases
El 60% del volumen de toda la basura enviada a los rellenos sanitarios corresponde al packaging o envases. Desde el Círculo de Políticas Ambientales abogan por una ley basada en el principio de Responsabilidad Extendida al Productor, que obligue a las grandes empresas a hacerse cargo de los aspectos económicos, legales y físicos de la gestión de los materiales envasados que introducen en el mercado. “Si el fabricante de un bien de consumo masivo tiene que incluir entre sus costos el la basura que genera, va a tener mayor participación en su reducción y prevención. Hoy en la Argentina a ese costo lo pagan los municipios”, explica Consuelo Bilbao. Legislación de ese tipo existe en Uruguay, Chile, Colombia y Brasil. “Hemos quedado muy atrasados respecto de otros países de la región”, concluye la experta.
El dilema de la incineración de los residuos
¿Qué hacer cuando ya no haya más lugar para rellenos sanitarios? La ciudad de Buenos Aires es uno de los distritos que impulsan el tratamiento de la basura en plantas de termovaloración (Waste to Energy), donde se incineran los desechos. “Se genera energía a partir del vapor de la combustión y los gases se tratan para que no se produzca daño al medio ambiente. En Europa hay más de 400 plantas de este tipo en funcionamiento”, señala Eduardo Macchiavelli desde el gobierno de la ciudad.
Desde la FARN, Andrés Nápoli se opone. “Nosotros lo consideramos un ‘salto al vacío’. Son plantas muy caras, sólo funcionan con subsidios y generan un impacto ambiental muy negativo ¿Con qué dinero van a financiar todos los controles que ese sistema necesita?”, se pregunta.
JS