Clarín | Mercado inmobiliario | INÉS ÁLVAREZ
San Isidro
En San Isidro, un nuevo complejo residencial busca su valor diferencial frente a la competencia con más áreas parquizadas que construidas.
En lo que era una fábrica abandonada de San Isidro, pronto comenzará la construcción de Prana, un condominio de 118 unidades de 2,3 y 4 ambientes en Av. Tomkinson 2929.
A esa zona, próxima a las Lomas de San Isidro, llegó primero Jardines, un condominio con cerca de dos décadas de existencia que demostró que ese tipo de productos tenía un vasto público comprador formado por parejas jóvenes y familias con hijos chicos. Aquí, la clave son los amenities, la posibilidad de contar con pileta y parques sin el costo de mantenimiento que implican en una casa. A este emprendimiento siguieron otros también exitosos que fueron revitalizando la zona. “Prana va a tener mucho más de parque que de construido”, sintetiza Maximiliano Bravo de Neue Desarrollos, responsable del proyecto.
El terreno se consiguió por compra directa. Sus dimensiones dificultan el cálculo de la incidencia en ese área como explica Bravo: “No se puede tomar nada como parámetro porque no hay muchos terrenos de 10 mil metros cuadrados”.
El entorno natural del lote era un fuerte atractivo no solo visual, sino porque ofrece, a su vez, “un grado de privacidad y reparo del bullicio urbano, a pesar de que las principales arterias viales están muy cerca”.
Bravo considera que la extensión de verde es un diferencial para competir con el resto de los condominios cercanos, aunque también enumera otros, como la arquitectura de líneas rectas, el hormigón armado, los ventanales de piso a techo, los materiales nobles y de calidad. “El edificio tiene gas, cuando muchos de los que se están construyendo son sólo eléctricos”, explica.
El diseño es de Lumi Arquitectos mientras que aún se está evaluando quien será el responsable del paisajismo, aunque “seguramente será un estudio internacional”, adelantan.
El complejo ocupa dos parcelas de un total de 15.000 m2. Una de ellas, de 10.300 m2, da al complejo Jardines.
Alrededor del gran pulmón verde se levantarán cuatro niveles cuyas unidades más chicas tendrán 67 m2 más 15 m2 de balcón. A las residencias se sumarán amenities, como la pileta climatizada, el microcine, un gimnasio con aparatos de última generación, laundry, sum y salas de coworking. En el parque se ubicará otra pileta y una huerta orgánica.
“Es un condominio pensado para disfrutar todo el año, ofreciendo todo lo necesario para una vida cómoda y natural”, sostiene Bravo y agrega: “Como es una zona preponderantemente residencial, buscamos que este edificio tenga ciertos locales comerciales, como por ejemplo una cafetería, una farmacia o un market para abastecer a los vecinos o incluso para que éstos puedan llamar por teléfono y hacer un pedido”.