Clarín
Pablo Novillo
Candela Toledo
En mayo de 2022 dejó de operar el comercio ganadero, que se mudó a Cañuelas. El destino del predio de Mataderos, encerrado en la "grieta".
El ex Mercado de Hacienda, en Mataderos, está cerrado desde mayo de 2022. Foto: Maxi FaillaDurante 122 años fue el corazón del barrio. Durante los últimos 21, su mudanza se demoró una y otra vez, hasta que se concretó. Y durante este último año, se convirtió en un fantasma con futuro incierto. A casi un año del cierre del Mercado de Hacienda, el enorme predio de Mataderos sigue inactivo, y un conflicto político surgido al calor de la "grieta" frenó el proyecto que había para aprovecharlo.
El Mercado de Hacienda (mal llamado "de Liniers" porque quedaba en Mataderos) fue inaugurado el 21 de marzo de 1900, en las 32 hectáreas limitadas por Lisandro de la Torre, Eva Perón, Murguiondo y Directorio.
Durante un siglo funcionó con normalidad, con el ir y venir incesante de camiones, vacas y peones rurales. Desde allí salió la carne que comieron los porteños por décadas.
Pero en 2001 la Legislatura de la Ciudad sancionó una ley que prohibió la circulación de ganado en pie por las calles de Buenos Aires. El objetivo era forzar la mudanza del Mercado, que por sus ruidos y su mal olor se había convertido en una molestia para una Buenos Aires completamente distinta a la que lo vio nacer.
Claro que mudar semejante complejo no era nada fácil. Primero, porque había que encontrar un predio en el AMBA o al menos no muy alejado. Un intento para llevarlo al Mercado Central, en La Matanza, y otro para mudarlo a Ezeiza quedaron en la nada por cuestiones políticas y económicas. Así, la Legislatura tuvo que votar 16 prórrogas a la mudanza.
Finalmente, la empresa Mercado de Liniers S.A. (integrada por los consignatarios de hacienda) compró un predio en Cañuelas y construyó un nuevo mercado. El viernes 13 de mayo de 2022, el complejo de Mataderos funcionó por última vez, y la actividad de mudó a su nueva sede.
En 2018, la Legislatura porteña votó una ley para definir el futuro del terreno de Mataderos. Tal como había hecho en otros lotes fiscales que urbanizó, se autorizó la venta del 35% de la superficie para emprendimientos inmobiliarios, se le dio una zonificación específica (con límites para las alturas de los edificios) y se dispuso que el 65% del predio se destinara a abrir calles, armar plazas y construir instalaciones públicas y privadas.
¿Qué tipo de instalaciones? Desde un polo gastronómico hasta un Museo de la Carne, pasando por un polideportivo para el club Nueva Chicago e instalaciones para la feria gauchesca que se hace los domingos en los alrededores.
Hasta aquí, la historia. Una historia que quedó trunca cuando apareció la "grieta" política.
¿Qué pasó? El predio siempre perteneció al Gobierno nacional. Y para desarrollar el proyecto urbanístico, debía pasar a manos del Gobierno de la Ciudad.
Durante la presidencia de Mauricio Macri, fue transferido en un paquete de 11 lotes que la Nación le cedió a la Ciudad para que los vendiera y así cancelara un crédito de 170 millones de dólares que el propio Gobierno nacional había tomado para pagar la construcción del Paseo del Bajo. Es decir, la Nación le pasaba a la Ciudad la deuda pero también los recursos para cancelarla.
Sin embargo, cuando Alberto Fernández asumió la Presidencia, frenó los traspasos de estos y otros terrenos, con la explicación de que la medida perjudicaba el patrimonio del gobierno federal. De hecho, denunció al Gobierno de la Ciudad.
Por eso, nunca escrituró los terrenos a favor de la Ciudad. Y así, el convenio firmado por aquella deuda del Paseo del Bajo se cayó automáticamente a fin de 2021, según explican en el Gobierno porteño.
El miércoles de la semana pasada se dio el último paso formal. La Agencia de Administración de Bienes del Estado, que depende del Gobierno nacional, firmó con la Ciudad un nuevo acuerdo, que cierra el proceso y da marcha atrás con todo lo actuado. Es decir que la Nación no cederá los terrenos, pero entonces tendrá que hacerse cargo de los 170 millones de dólares de aquel crédito ya tomado.
En definitiva, una discusión de la grieta hizo retroceder todo y llenó de incertidumbre al futuro del ex Mercado de Hacienda.
¿Y ahora? Fuentes del Gobierno porteño aseguraron que firmaron con Nación un segundo acuerdo por el cual se comprometen a mantener la vigilancia sobre el terreno por 90 días, prorrogables por otros 90. Entonces, al menos por seis meses la Policía de la Ciudad seguirá controlando el lugar, para evitar hechos de inseguridad y sobre todo ocupaciones ilegales, que son el gran temor de los vecinos.
Pero del proyecto para recuperar el terreno y darle usos diversos a esas 32 hectáreas no hay nada en marcha. Y, en medio de un año electoral con la "grieta" a flor de piel, es iluso pensar que pudiera haber avances en el corto plazo.
La preocupación de los vecinos
Entre comerciantes y vecinos de Mataderos, la incertidumbre crece. Es que del proyecto para el Mercado a la indefinición actual hay una brecha que ocasiona pérdidas económicas y achica las expectativas para comercios que cada vez cierran más temprano. La zona, además, se degrada con mayor velocidad.
Guillermo es el dueño de Casa Galli, que desde hace 100 años vende artículos regionales en Lisandro de la Torre al 2400. "Las personas en situación de calle no estaban cuando funcionaba el Mercado. En la toldería que armaron duerme cada vez más gente. Nunca pasó una cosa así", asegura, y agrega que "ahora el predio donde estaba el Mercado es un depósito de vehículos secuestrados de la comisaría. Y es un criadero de ratas. Todos los frentistas estamos enojados porque no vienen a desratizar. Ni con el Mercado había la cantidad y el tamaño de ratas que hay ahora".
Clarín recorrió los alrededores y la opinión de los comerciantes coincide en que el lugar se convierte en un desierto después de las 18.
En la cuadra siguiente, también sobre Lisandro de la Torre, el quiosquero Juan Carlos Machado, con 35 años allí, coincide con que el problema de las ratas se incrementó: "Abro a las cinco de la mañana y las veo caminando. Los containers están llenos. Hubo siempre, pero ahora, como en el predio del Mercado no hay nada y no tienen cómo alimentarse, salen a buscar afuera".
Comerciantes y vecinos están al tanto de los proyectos que tenía el Gobierno porteño. Pero como el predio volvió a manos de Nación, algo que no todos conocen, creen que la situación va a empeorar. "Dijeron que iban a hacer un polo gastronómico, un edificio, una plaza y espacios públicos, pero lo único que hicieron fue meter a la policía con toda la chatarra", afirma Machado, y concluye: "Acá la inseguridad es como en todos lados. Pero todo cambió sin el Mercado. Antes trabajaba todo el día y me quedaba hasta más tarde, pero ahora a las 18 me voy porque no queda nadie".
Para Nora Navarro, otra comerciante, "la actividad bajó un montón. Antes había muchos negocios y ahora fueron desapareciendo. En vez de traer acá oficinas públicas, no hacen nada", asegura.
"Víví toda la vida en el barrio y esto cambió. Fuimos a una reunión con el Gobierno. Nos preguntaron qué hacía falta y salieron varias ideas. Un banco, un club, una universidad, un colegio, entre otras cosas. Fue antes de la pandemia. Ahora sabemos que pusieron seguridad porque quisieron tomar el predio", cuenta Nélida Aguilar, de 44 años.
Pablo González, mecánico, tiene una mirada similar. "El laburo bajó mucho porque cada vez hay menos gente en la zona", afirma, y señala las calles vacías.
Para Blanca, una vecina del barrio Los Perales, la preocupación aumenta porque crecieron los casos de dengue. "Adentro hay charcos y se hacen lagunas para que crezcan los mosquitos", asegura.
Informe: Candela Toledo (Maestría Clarín)