El Observatorio en el tiempo

91 Las voces del Observatorio Metropolitano, a lo largo de sus 10 años. El Observatorio ha sido promotor y actor del planeamiento urbano. Ha enseñado a generaciones a pensar que el hecho urbano no es una cuestión individual, sino que es esencialmente social. Ha producido trabajos de investigación y relevamiento de indubitable valor técnico, pero también ha marcado con un fuerte sello profesional el concepto de que el desarrollo urbano requiere una visión de largo plazo, Nicolás Gallo | Las profundas transformaciones y conflictos que atraviesan a Buenos Aires en el siglo XXI requieren revalorizar y recuperar la planificación como instrumento técnico-político de gobierno, para la formulación e implementación de políticas urbanas que garanticen la equidad socio-territorial, las condiciones de vida de sus habitantes y un desarrollo sostenible, María Alejandra González | La celebración del Observatorio Metropolitano es una excelente oportunidad para repasar los desafíos de la planificación en la ciudad y su región. La sustentabilidad del sistema metropolitano requiere una efectiva coordinación metropolitana para el planeamiento y la regulación del uso del suelo que supere la fragmentación administrativa, promoviendo un modelo virtuoso de densificación y expansión urbana. Es precisamente esta dirección la que puede facilitar un aprovechamiento de los beneficios económicos de la urbanización y disminuir sus costos sociales. Los avances son incipientes y todavía no han adquirido la escala necesaria. El desafío es particularmente importante para una visión de Buenos Aires y su región metropolitana hacia 2030, que, a pesar de ser una de las metrópolis más grandes a nivel mundial, no ha experimentado un nivel de desarrollo y bienestar congruente con su trayectoria de urbanización, Cynthia Goytia | El planeamiento urbano de la Ciudad ha estado marcado estos años por la discusión y aprobación de los nuevos códigos urbanísticos y ley de edificación y la ley de plusvalía urbana. El problema del CUR es que no tiene una base conceptual sólida sobre la ciudad que queremos por la carencia de un plan urbano ambiental serio. En estos años ha aumentado el proceso de gentrificación, como sucede en todas las ciudades importantes del mundo, pero a diferencia de algunos intentos en algunas ciudades, no ha habido medidas de mitigación. El programa de planeamiento que se debería llevar a cabo tendría que incluir: un Plan Urbano Ambiental actualizado; un estudio de los barrios que contemple la sustentabilidad ambiental, de infraestructura y servicios y la mixtura social; la conformación de un banco de tierras enfocado hacia la regulación y el valor del suelo urbano; la coordinación con las ciudades del área metropolitana, especialmente en los temas de transporte, servicios y trabajo a la vista de la generación de un organismo político integrado por la ciudad y el conurbano, a la manera del país y otras ciudades, Guillermo Gutiérrez Ruzo | La celebración de esta primera década del Observatorio Metropolitano nos invita a pensar cómo es el estado actual del urbanismo en nuestra ciudad, cómo era hace diez años y cuáles fueron los cambios más relevantes en este decenio. Como tantas otras veces, este es un momento de encrucijada. La labor del Observatorio nos debería ayudar a bregar por más y mejor urbanismo, y a preservarnos de las obras intempestivas sin planificación, Daniel Kozak | Buenos Aires está lista para implementar un plan integral participativo, donde vecinos e instituciones puedan dialogar y co-crear propuestas de política pública, tanto desde la perspectiva barrial como metropolitana, para así dar respuesta a los principales desafíos contemporáneos, como la inequidad, el cambio climático, la digitalización y la gobernanza. Pasar de la planificación tradicional a la “planificAcción” implica que plan y proyecto ocurran en simultáneo, generando capital social metropolitano, verdadero motor de la transformación, Gabriel Lanfranchi | Un informe reciente del GCABA indica que sus habitantes cuentan con un ingreso per cápita promedio de $ 20.646, mientras que la media de la Argentina sería de $ 7.045. En la relación entre ambos números se celan el brillo y las oscuridades que la hacen insustentable. Cuanto más grande es el contraste, son más los ciudadanos sin destino del territorio nacional para los que la capital sigue y seguirá siendo la esperanza. Ante la ausencia de políticas de equilibrio territorial, sus escuelas, sus hospitales y sus parques, una porosa economía subterránea y la cercanía a las grandes redes del poder son el sostén de la paradoja: cuanto mejor, peor, Francisco Liernur | ¿Pueden diferenciarse hoy con tanta certeza como hace unas décadas los ámbitos de lo urbano (la Ciudad Autónoma) de los ámbitos de

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