El Observatorio en el tiempo

42 Costas y cuencas de la Región Metropolitana de Buenos Aires: Estudios, Planes y Proyectos En el marco de la Alianza Metropolitana que construimos con universidades y organizaciones intermedias, efectuamos un llamado para que los trabajos de investigación académica se sumaran a los proyectos y las propuestas que constituyen nuestro material de base, ya que, cabe recordar, nuestro Observatorio tiene un claro sesgo territorial y proyectual. Fuimos identificando temas problemáticos de la región para orientar nuestras estrategias. En 2010, colocamos el foco en las ideas, los planes y los proyectos. Dos años después, nos ocupamos de los dilemas del territorio, el hábitat y las redes de infraestructuras para, finalmente, poner la atención en las cuencas metropolitanas. ¿Cómo mirar las cuencas? Se trata, como muestra la bibliografía, de un tema de múltiples miradas. Las cuencas remiten a una hidrología que se ocupa del cauce y del ciclo del agua; el interés se coloca en la calidad del agua, cuyos niveles de contaminación y los efectos del cambio climático nos llevan a los ambientalistas. Desde el planeamiento, el foco se desplaza hacia sus relaciones con los espa- cios construidos y a la calidad de vida de sus habitantes, al tiempo que se ponen en juego las estrategias de los gobiernos y los funcionarios que intervienen en la gestión de estos territorios. En el caso de nuestros ríos de llanura, las inundacio- nes, las modalidades de ocupación sobre terri- torios inadecuados y la inexistencia de espacios interjuridiccionales ponen en jaque al conjunto de la aglomeración. Desde esa perspectiva, las cuencas, o tal vez sea más acertado pensar en ríos urbanos, se presentan como una metáfora de los problemas metropolitanos. Por un lado, se trata del patio de atrás de la ciudad ampliada. Si bien durante las últimas décadas las costas del Río de la Plata –sobre todo en orientación norte– se dotaron de espacios públicos, equipamientos de prestigio y presentan actualmente la fachada próspera de CABA, la contracara son las cuencas Matanza-Riachuelo, Reconquista y Luján, que parecen concentrar la mayor cantidad de problemas. Los residuos sólidos derivados de las estrategias del CEAMSE que elevaron la cota, la instalación de la ma- yor parte de los asentamientos sobre tierras en pésimas condiciones ambientales y urbanísticas, y al mismo tiempo urbanizaciones cerradas que se acomodan sobre humedales y acondicionan las tierras bajas, son hechos que tuvieron y tienen consecuencias muy serias. Casi sin mediaciones, las cuencas se asocian con ese territorio comple- jo, heterogéneo, desordenado, que caracteriza a una región y que parece oponerse al orden y los valores de urbanidad de la ciudad capital, aunque tal vez se trate de un desorden cuyas lógicas desconocemos. Por otro lado, la creación de los Comités de Cuen-

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