Territorios, Proyectos e Infraestructura para el AMBA

- Dictar sus reglamentos de organización interna - Establecer un procedimiento administrativo especial - Aplicar medidas preventivas - Intervenir en habilitaciones, auditorías, monitoreos y Estudios de Impacto Ambiental (EIAs). - Disponer sanciones - Efectuar apercibimientos, intimaciones e inspecciones - Ordenar clausuras, decomisos y el cese de actividades dañosas. Como puede observarse, la ACUMAR es una institución que se diferencia claramente de los organismos de cuenca interjurisdic- cionales existentes. En primer término, porque fue creada para dar respuesta a un mandato judicial. De igual forma, su confor- mación no fue producto de un proceso de acuerdos horizontales negociados entre las partes, sino que surgió como consecuencia de una situación de emergencia institucional y en donde el Esta- do Nacional obró como garante principal del acuerdo, lo cual se vio reflejado en la conformación definitiva del organismo. Asimismo, las obligaciones asumidas en los estrados judiciales lle- varon a que el nuevo organismo no se conformase como una ins- tancia de asesoramiento técnico, tal como ocurre en los restantes organismos interjurisdiccionales, sino como una suerte de nuevo nivel de gobierno dentro del espacio territorial conformado por la Cuenca, con amplias facultades de control e intervención, muchas de las cuales cuentan con jerarquía superior a las de las propias jurisdicciones locales. Ejemplo de ello lo constituye el sistema de control de industrias, en donde ACUMAR cuenta con un Cuerpo de Inspectores propios, que sustituye a los existentes en la Ciudad, la Provincia de Buenos Aires y los municipios. Como puede observarse, el modelo institucional establecido para la ACUMAR difiere notablemente respecto de los establecidos para los organismos que gestionan otras cuencas en Argentina. El modelo de institucional adoptado por ACUMAR, que combina la conformación de un organismo de coordinación interjurisdiccio- nal e institucional, con capacidad de intervención en el territorio específico de la cuenca hidrográfica, pareciera adaptarse de mejor forma a cumplir con finalidades que requiere un sistema destinado a lograr la gestión integral de los recursos hídricos. Sin embargo, el afianzamiento de este tipo de organismos que son los vehículos necesarios para promover la gobernabilidad de recursos y espacios compartidos, demanda un mayor compromiso de las jurisdicciones y los sectores interesados y también un cam- bio paradigmático hacia el interior de la administración del Estado, cuestión que hasta el presente no parece vislumbrase, al menos con la claridad y rapidez que los problemas pendientes reclaman. Conclusiones La gobernabilidad de los recursos naturales exige respuestas que implican la transformación y superación algunos paradigmas vi- gentes: tal es el caso de los límites impuestos por el hombre. La regulación de las cuencas hídricas es una problemática com- pleja en este sentido, principalmente en el ámbito de los países que cuentan con sistemas federales, en los que existen diferen- tes niveles de gobierno y en donde el agua obra como espacio para delimitar las diversas jurisdicciones que los componen. Aun cuando nuestro país no cuenta con una autoridad nacional en materia de aguas, existen un conjunto de provincias que se han asociado para establecer incipientes sistemas de gestión de cuencas que buscan dar respuesta a finalidades específicas. Sin embargo, no lograron superar la fragmentación existente en materia de recursos hídricos, motivo por el cual las decisiones vinculadas al quehacer del agua quedaron en manos de las juris- dicciones locales, impidiendo el establecimiento de una gestión integral de los recursos hídricos en el país. La conformación de ACUMAR es un dato novedoso dentro de este panorama, en tanto implica la puesta en marcha de un organismo cuya finalidad es el saneamiento de una cuenca fuer- temente fragmentada desde el punto de político e institucional, como lo es la Cuenca Matanza Riachuelo. Así, la creación de ACUMAR implica un paso adelante en la bús- queda de generar organismos que cuenten con las potestades suficientes para impulsar la gestión integrada de cuencas. Sin embargo, ello constituye tan solo el primer paso en la búsqueda de respuestas a problemáticas tan complejas, como las que invo- lucran la gobernabilidad de los recursos naturales, que más allá de cambios de normas demandan la construcción de un nuevo contrato social para el desarrollo sustentable. PROYECTO RECONQUISTA 87 REFLEXIÓN

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