Territorios, Proyectos e Infraestructura para el AMBA

tradicionales sobre la forma urbana y los tipos edificatorios 2 apa- recen impresos en la organización de los análisis con un fin cognos- citivo, los esfuerzos de valoración e integración con el contexto, el trabajo sobre los tejidos existentes y los nuevos ensayos tipológi- cos, así como en la búsqueda de descripción y categorización de los procesos y configuraciones metropolitanas contemporáneas. Influencias que no solo se manifiestan en el campo de la reflexión teórica sino que, debido a su original y estrecha vinculación a inquietudes didácticas y prácticas, conducen a la introducción una manera particular de concebir y orientar el proyecto urbano. De acuerdo con Philippe Panerai, la finalidad operativa de estos trabajos -entre los que incluye el suyo propio de l’ilot à la barre - les imprime un sello particular: “estudios morfológicos, pero con la apoyatura de ejemplos localizados históricamente; estudios ar- quitectónicos, pero a escala del tejido urbano; estudios espaciales, pero abiertos a lo social”(Panerai, Castex, Depaule, 1986: 17). Paralelamente, en la línea arquitectónica de la experimenta- ción formal más abstracta 3 , el instrumental gráfico se utiliza como forma de conocimiento y ensayo proyectual; el dibujo no aparece al final, no muestra resultados, sino que se integra como parte esencial del proceso de diseño. Tal como nos enseñaban las piezas gráficas de la serie de casas de Peter Eisenman o del concurso del Parc de la Villette de Bernard Tschumi -por citar algunos de los proyectos más reconocidos-, diagramas concep- tuales, maquetas de trabajo y ensayos compositivos, confluyen en la justificación del recorrido y etapas del proceso proyectual. Nuevas técnicas gráficas (mezcla de escalas, superposición, co- llages, renders) dan cuenta de una avidez en la incorporación de las herramientas y mejoras de los programas informáticos, sobre 2 Los trabajos seminales de la Tendenza italiana de mediados de los ‘60 y, apenas más tarde, los aportes de la escuela francesa de Versalles y del Laboratorio de Urbanismo de Barcelona. 3 Caracterizada como “abstracción formal” para apartarse del controvertido tér- mino “decontructivismo” (Montaner, 2000), sus principales referentes, los integran- tes de los Five Architects, Peter Eisenman y John Hedjuk, y el miembro fundador del grupo Archigram, Peter Cook, instalan esta línea metodológica en las escuelas de arquitectura más experimentales -la Architectural Association de Londres y la Cooper Union de Nueva York-, de donde emergen figuras como Rem Koolhaas y Bernard Tschumi, entre otros exponentes. todo de aquellos relacionados con la generación de la forma y el trabajo tridimensional de los objetos arquitectónicos. Quizás, los fotomontajes (en los que casi siempre aparece el ha- bitante) y las axonometrías despiezadas son las representaciones que mejor explican esta convivencia entre nuevas morfologías y “permanencias” como capas indivisibles del “palimpsesto” territorial. Se trata de un proceso en espiral, en el que análisis, diagnóstico y proyecto urbanístico no siguen un camino lineal. De hecho, no existe análisis en el sentido ortodoxo, sino un “aná- lisis propositivo” como forma de aproximarse al territorio real y, sobre todo, al territorio potencial y el valor posible de los lugares urbanos. La lectura intencionada impulsa a actuar sobre los ma- teriales del territorio y esta acción hace que sea necesario volver a examinar el lugar con más agudeza aún. Desprenderse de entrada de ciertos condicionantes económicos, de la propiedad y valor del suelo, de los instrumentos normativos vigentes y de programas específicos, permite dar lugar a la metáfora, a la uto- pía experimental, no exenta de humor e ironía; para luego poder volver sobre estos condicionantes, sin que constituyan datos de partida u objetivos en sí mismos. Multiescalaridad En el despojarse de condicionantes, también se encuentran las divisiones político-administrativas como límites del proyecto. Precisamente, buscar el ámbito o ámbitos de intervención forma parte del propio proceso proyectual, durante el cual se trabaja con diferentes niveles de aproximación al territorio. De acuerdo con Manuel de Solà-Morales, “establecer la continuidad de las diferencias valorando sus tamaños, moverse en la simultaneidad de las escalas (el kilómetro y el centímetro vistos a la vez), apre- ciar las intersecciones como puntos vitales y las longitudes como atributos adjetivos son prácticas imprescindibles del proyecto urbano” (Solà-Morales, 2008:18), y más aún agregaríamos del proyecto territorial. Se trata de una aproximación multiescalar que busca coheren- cia entre la formulación estratégica territorial y el desarrollo de proyectos urbano-arquitectónicos , donde la escala no está en la dimensión del proyecto, sino en las relaciones que es capaz de desencadenar. La comprensión del sistema conjunto de referen- 71 20 ESTRATEGIAS URBANAS PARA LA CUENCA MATANZA RIACHUELO REFLEXIÓN

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