Territorios, Proyectos e Infraestructura para el AMBA

41 a escala comarcal, y verificar qué instituciones son las más adecuadas para impulsarlos. Y aunque en todos ellos se da una estrecha relación entre territorio, medio ambiente, infraestructuras y asentamientos, los vamos a clasificar atendiendo a su componente más destacado. Esto permite distinguir aquellos que tienen una relación más estrecha con la lectura de la forma del territorio y del sistema de espacios abiertos; otros más vinculados a las infraestructuras de movilidad y, finalmente, aquellos que afectan la ordenación de los principales asentamientos y actividades; especialmente las propuestas de crecimiento o de remodelación de áreas urbanizadas. Para cada uno de ellos se desarrolla un análisis en profundidad y unas propuestas lo suficientemente detalladas como para constituir instancias previas a su proyecto ejecutivo y realización. Así, entre las intervenciones más específicamente vinculadas con la primera capa proponemos diversos parques patrimoniales, un parque agrario, otro geológico y minero, un programa de gestión forestal y prevención de incendios, una red de itinerarios paisajísticos y culturales o la restitución de conectividades interrumpidas. En cuanto a los vinculados con la movilidad, se plantea el trazado del eje ferroviario transversal y la conexión entre los ejes viarios territoriales. Pero asimismo algunas mejoras en la red viaria interurbana, comarcal y urbana, y fundamentalmente el completamiento de la red ferroviaria y de transporte público y movilidad sostenible (tren verde, tranvía, carriles de bicicleta). En cuanto a los asentamientos y ámbitos de actividad económica cabe destacar los proyectos de ensanches residenciales; las políticas concertadas de vivienda; las propuestas de rehabilitación de barrios degradados; las reservas para equipamientos de alcance supramunicipal o la integración de planes locales de vivienda y de áreas de crecimiento económico (parques empresariales, política comarcal de suelo). Para cada uno de estos proyectos territoriales estratégicos se avanza con propuestas de ordenación detalladas; pero no con la voluntad de predefinir algo que se producirá dentro de cinco o diez años, sino de deducir de ellas esquemas y directrices, orientativas o vinculantes, para los futuros proyectos. Quisiera concluir recordando que el Plan Director Urbanístico del Bages intenta ir un paso más allá en una opción metodológica largamente ensayada. Ésta se basa en la combinación de tres capas de interpretación, ordenación y regulación estrechamente interrelacionadas; se basa también en continuos cambios de escala de lectura y proyecto; en la valoración de escenarios diversos y estrategias para posicionar ciudades y territorios; en la voluntad de traducir urbanísticamente los requerimientos de la matriz ambiental y de definir un sistema territorial de espacios abiertos; en la búsqueda de equilibrio entre los requerimientos ambientales, funcionales, técnicos y económicos de las infraestructuras y su contribución a dotar de estructura a los crecimientos urbanísticos. Y lo hace confiando en que encontrar modelos de ordenación, instrumentos de lectura, proyecto y regulación, capaces de imaginar la transformación de unos ámbitos dinámicos según escenarios abiertos y diversos, es uno de los retos más atractivos a los que se enfrenta hoy la disciplina en general y la ordenación de nuestros territorios. ALGUNOS RETOS DEL PROYECTO TERRITORIAL JOAQUÍN SABATÉ BEL

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