Territorios, Proyectos e Infraestructura para el AMBA

39 posibles escenarios alternativos, valoren su mayor o menor conveniencia, y propongan los mecanismos para alcanzarlos. Así por ejemplo, en los diversos escenarios que nuestro Plan evalúa, se considera un incremento del empleo capaz de al menos mantener, o incrementar ligeramente, el índice de autocontención y de reducir los niveles de paro. Para paliar la excesiva dependencia del transporte privado se diseñan las alternativas antes mencionadas en la red de ferrocarriles y tranvías, además del refuerzo de las líneas de autobuses. A partir de estas premisas se miden la demanda de suelo para acoger las necesidades de vivienda y actividad económica (industria, servicios, comercio). La incertidumbre en la que se mueven las predicciones a largo plazo obliga a dibujar un abanico de alternativas de evolución socioeconómica. Nuestro plan, como tantos otros planes territoriales, debe asumir la responsabilidad de ordenar el territorio para hacer frente tanto a una situación de notable crecimiento, como a una posible recesión de éste. La estructura de las tres capas (áreas homogéneas, infraestructura soporte y opciones de crecimiento) resulta especialmente adecuada para priorizar las aptitudes y vocaciones del territorio y para pautar, en su caso, su transformación respetuosa con aquellas, asegurando previamente el soporte infraestructural imprescindible. Hay que destacar la existencia dentro de la comarca de diversos ámbitos funcionalmente integrados, así como el mantenimiento de un fuerte componente industrial y un moderado valor añadido de buena parte de su economía. Los análisis del empleo y la movilidad nos descubrieron además otras características bien significativas, como la elevada autocontención y autosuficiencia del mercado de trabajo comarcal (un 83,2 y 90,7%, respectivamente en 2001) y, ello no obstante, el considerable número de movimientos residencia-trabajo (87,8%), que se resuelven con transporte privado. La comarca se caracteriza por su arraigada tradición industrial y la presencia de un sector de servicios consolidado y en expansión. Aún a pesar de la reciente recesión, la ocupación en el sector industrial (36%) supera más de diez puntos la media de Cataluña. Manresa actúa como capital comercial y prestadora de servicios y concentra más de la mitad de la actividad terciaria, especialmente aquella con un valor añadido más elevado. El ámbito central ha mantenido en los últimos años un crecimiento moderado de la actividad económica y de la ocupación (alrededor de un 2% anual). Los cambios más destacados son la llegada de empresas industriales de la primera y segunda corona metropolitanas de Barcelona en busca de un suelo más asequible; la consolidación del sector metalúrgico, con un nivel importante de especialización; el descenso general del textil, y el moderado valor añadido medio del sector servicios. Mientras el ámbito central de la comarca funcionalmente integrado estrecha su interrelación, el resto aumenta su dependencia de las comarcas limítrofes, aún manteniendo claros mercados locales de trabajo. En los diversos escenarios considerados se plantea un incremento del empleo capaz de mantener o incrementar ligeramente el índice de autocontención y reducir los niveles de paro (ya relativamente bajos). Para paliar la excesiva dependencia del transporte privado se diseñan las alternativas antes mencionadas en la red de ferrocarriles y tranvías, además del refuerzo de las líneas de autobuses. Así se calcula, por ejemplo, que si llegase a 250.000 habitantes se necesitaría un determinado suelo industrial, un determinado suelo terciario, tantas viviendas, tanto suelo residencial. Si llegase a 300.000 o a 350.000 la demanda sería diferente. Nuestro cometido es por tanto el de imaginar un proyecto, o mejor dicho diseñar un proceso, que pueda responder a uno o a otro requerimiento, donde se puedan añadir paulatinamente las piezas de infraestructura, los nuevos suelos que entran en juego, los nuevos equipamientos que se precisan, los nuevos niveles de servicio. Pero antes, necesitamos conocer qué nos dice el planeamiento vigente. En el momento de redactar el plan director, cada municipio tiene su propio plan urbanístico, y cada uno de ellos pretende un poco de industria, de crecimiento residencial, sus áreas de talleres, etc. Pero la suma de muchas pequeñas lógicas no garantiza una lógica de conjunto; y no puede generalmente encauzar dinámicas muy aceleradas. Si evaluamos la oferta del planeamiento vigente, incrementando razonablemente la densidad residencial (hoy apenas alcanza las 21,5 viviendas ALGUNOS RETOS DEL PROYECTO TERRITORIAL JOAQUÍN SABATÉ BEL

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