Dossier #01 - Inundabilidad
No obstante este modelo de análisis se complejiza ante la aparición cada vez más recurrente de eventos extremos y el desafío de lograr un equilibrio entre un modelomás economicista y unmodelomás social. Esto llevaría aparejada la necesidad de obras de infraestructura de envergadura aúnmayor, que podría comenzar a entrar en conflicto con el resto de la infraestructura de servicios de la ciudad. Al punto anterior se suma un temamuy complejo como es la falsa sensación de seguridad y suficiencia que generan las obras, concepto que enmuchas ocasiones termina aumentando la vulnerabilidad de la población. Dicho exceso de seguridad trajo siempre aparejado un “crédito” para el desarrollo de infraestructura urbana en zonas vulnerables que no hace otra cosa que exacerbar el daño residual potencial del sistema. En síntesis, el desarrollo de obras de infraestructura es clave, máxime en áreas cuya situación actual se encuentra muy postergada por muchas décadas de falta de inversión en la materia; pero claramente no es suficiente ante las demandas de la sociedad en el contexto climático actual, y se hace necesaria la implementación de sistemas de alerta, campañas de educación, y todo lo concerniente a la gestión urbana, en sumás amplio sentido. RECOMENDACIONES PARA LA GESTIÓN FUTURA • Desarrollar planes integrales a nivel de cuenca donde no los hay y luego darle continuidad a su implementación; • Salvar definitivamente el paradigma de jurisdicción vs. cuenca mediante la formación de comités técnicos de análisis únicos; • Profundizar la concientización del riesgo de inundación; • Planificar el uso del suelo poniendo en su justa medida la “seguridad” que brinda una obra; • Diseñar y verificar las estrategias de intervención para un amplio espectro de eventos. • Adoptar un criterio de escorrentía adicional “cero” para todo nuevo desa- rrollo urbano de manera de preservar el estándar de infraestructura existente; es decir que cada nuevo desarrollo debe absorber y gestionar internamente el excedente de escorrentía que el nuevo desarrollo impone; • Contar con registros meteorológicos que permitan una correcta interpre- tación de los aspectos temporales y espaciales de los eventos de tormenta; • Revisar periódicamente las medidas propuestas en los planes directores para adaptarse a la evolución de la problemá- tica y de la situación de la cuenca; • Intentar hacer nuevamente más visi- ble los rasgos geomorfológicos de los sistemas de desagüe e incorporarlo como layer obligatorio en la cartogra- fía urbana. 5
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