95 el horizonte metropolitano Finalmente, last but not least, ¿Cómo considerar la esfera del hábitat: las casas, los barrios y la vida cotidiana? Varios autores recientes afirman que la mayor parte de la humanidad vive en territorios extendidos entre el campo y la ciudad sin equipamientos ni servicios. En cambio, el “modelo de ciudad compacta”, densa y con valores de urbanidad, que opera aún como referencia está en vías de desaparición. Desde esa perspectiva, el desafío parece residir en dejar de lado, por un momento, el modelo tradicional de ciudad y pensar desde otra perspectiva los problemas. ¿Cómo son los patrones residenciales del AMBA? Como fuimos anticipando a lo largo del texto la ocupación del territorio es muy heterogénea. Hay quintas, grandes residencias, barrios tradicionales de casitas entre medianeras (muchos de ellos son tributarios de antiguos loteos precarios) y una amplia cantidad de villas y asentamientos que, junto con la red de barrios cerrados, es tan diverso como las condiciones de vida que de ellos resultan. En nuestro país, la tercera parte de los barrios informales, acorde al Registro Nacional de Barrios Populares, se encuentran en el AMBA. El 35% de la población del país sufre carencias en relación con la conexión a cloacas, acceso al agua corriente y a la energía, y el 27,2% del total de las viviendas no resultan –por sus materiales, el servicio sanitario y de redes al que se accede y el espacio disponible– adecuadas. La producción del espacio residencial y de sus agentes y, más ampliamente del mercado del suelo y las políticas del hábitat, fue objeto de estudios que muestran que la desigualdad y las “injusticias ambientales” remiten a problemas estructurales. En esa orientación, se coloca el foco en los modos de ocupación del suelo y en la necesidad de instrumentos de regulación en relación con mercados de suelo urbano, informalidad, recuperación de plusvalías y tributación inmobiliaria. Las muy diversas versiones de mapas de villas y asentamientos muestran la magnitud y los alcances de la falta de instrumentos y la desigualdad creciente. Los instrumentos como la nueva Ley de Acceso Justo al Hábitat, aprobada en noviembre de 2012 y reglamentada en la Provincia de Buenos Aires, ilustra el tenor de las políticas a promover desde los muy diferentes niveles de gobierno. La pandemia mostró el contraste entre el “quédate en casa” y el “quédate en el barrio”. Este último puso de manifiesto las redes de
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