Costas y Cuencas de la Región Metropolitana de Buenos Aires: estudios, planes y proyectos

LAS CUENCAS METROPOLITANAS CONVOCATORIA 2016 29 Alejandra Potocko y Alicia Novick LAS CUENCAS DEL ÁREA METROPOLITANA DE BUENOS AIRES: MAPAS, PLANES Y PROYECTOS En la década de 1970, en un punto de inflexión, la problemática ambiental ingresó en las agendas de la planificación. Junto a los “asentamientos” y el hábitat de los pobres, las inundaciones, la contaminación del agua y del aire, así como la existencia de una urbanización extendida sin infraestructuras de servicios básicos, estuvieron omnipresentes en el debate académico. El estudio del SIMEB, realizado entre 1975 y 1979, colocó el foco en la conta- minación de los recursos naturales, en el agua entendida como un derecho humano y en la calidad de vida de la población, en estrecha asociación con la problemática de los asentamientos y del hábitat informal. Se impuso la noción de “sistema complejo” como un modo de análisis de los sistemas urbanos según la ló- gica de los ecosistemas naturales. La región se definió como un “sistema metropolitano” y las cuencas como “sectores hídricos” compuestos por aguas subterráneas y la hidrografía superficial. Según esta perspectiva, las áreas urbanizadas del río Matanza, del Reconquista y del Luján eran “áreas críticas” afectadas por activi- dades contaminantes demandantes de una serie de pautas de actuación. Con relación al cuidado del medio ambiente, las con- diciones y la calidad de vida de la población -tales eran algunos de los términos del nuevo léxico ambiental- se propuso regular el uso y la ocupación del suelo para conservar la calidad del agua para consumo, fijar las densidades de ocupación y las actividades urbanas de acuerdo a la capacidad de los recursos hídricos para abastecer agua y recibir efluentes, y dotar a la urbanización de servicios de infraestructura a un ritmo acorde a la magnitud del déficit existente y a las previsiones de crecimiento futuro. A fines de la década cobró auge la gestión por proyectos en un marco de críticas al planeamiento y al calor de las políticas de descentralización y gestión participativa. El Proyecto 90, gestado en la CONAMBA -un organismo ad hoc destinado a tratar proble- mas metropolitanos- propuso un conjunto de posibles estrate- gias, líneas de acción e intervenciones. Las cuencas, visualizadas como “áreas críticas”, “interfases ecológicas” y obstáculos en la continuidad de la trama, fueron presentadas como un recurso para articular y amortiguar la congestión regional. El paisaje era considerado un repositorio de biodiversidad. Junto al clásico tema de las inundaciones, el documento puso en juego cuestio- nes ambientales de mayor alcance como la contaminación y el deterioro o la subutilización del suelo concentrados en los ejes de los ríos en particular y en la periferia metropolitana en ge- neral. Los sectores contaminados, las “áreas críticas” y las tierras inundables -“de baja estabilidad”-, ofrecían a su vez oportunida- des para controlar el impacto de la ocupación del suelo sobre los recursos naturales. Sobre esta base se desarrollaron proyectos de preservación ecológica y paisajística para lograr el equilibrio bio- psico-social de los habitantes y promover una actitud respetuosa de los ciclos biológicos y las comunidades naturales, a la vez que se perfilaba la conformación de un “sistema de áreas naturales de equilibrio” destinadas a ser reservas naturales, áreas de re- creación y reservas de tierras para usos de interés social. En resumen, si a mediados del siglo XX los planes metropolita- nos abrían la posibilidad de construir espacios verdes, infraes- tructuras o viviendas en las cuencas inundables, habilitadas me- diante obras de infraestructura y saneamiento, en los setenta se las visualizó como “sectores hídricos” y “áreas críticas”. En vísperas de los años noventa los valores del paisaje ocuparon el centro de la escena y se enfatizó la contribución de las cuencas a la biodi- versidad. El estudio de la CONAMBA en 1992 y los Lineamientos Estratégicos para la Región Metropolitana, junto con una amplia gama de recientes estudios y organismos -como los Comités de Cuencas- fueron actualizando estas propuestas, sobre las expe- riencias acumuladas. Proyectos ¿Qué correlato tuvieron estos planes sobre el territorio construi- do? Aunque no tuviesen consecuencias directas, muchas de las intervenciones que se llevaron a cabo fueron tributarias de las ideas dominantes en los respectivos escenarios históricos. La Operación Territorial Ezeiza, ejecutada entre fines de la década de 1940 y comienzos de la siguiente, fue uno de los proyectos públicos de carácter metropolitano de mayor envergadura, que como mostró Ballent, encontró en el amplio valle de inundación del Matanza la posibilidad de atender una variedad de cuestiones (Ballent, 1999). Para resolver los problemas de las tierras bajas se propuso aumentar la capacidad de infiltración del agua en el suelo mediante un programa de forestación capaz de conservar 1- Fotografías del río Reconquista y la represa Roggero. Fuente: UNIREC (s/f). 2 y 3- Fotografías del río Reconquista. Fuente: Relevamiento aéreo del Comité de Cuenca del río Reconquista (COMIREC).

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