La costa del Río de la Plata en Buenos Aires: Territorios, Historias y Debates

57 La costa del Río de la Plata en Buenos Aires: Territorios, Historias, Debates Títulos de Obras y datos Año En el ciclo 1930-1960, Buenos Aires crece mucho más allá de sus fronteras jurídico-administrativas. Las viviendas precarias de la primera expansión se van transformando en los nuevos barrios porteños, articulados por las redes de transporte y las infraestructuras que consolidan los espacios de la capital. Entre tanto, se van ocupando los espacios del Gran Buenos Aires, primero con loteos próximos a las estaciones ferroviarias que luego, paulatinamente, se irán localizando en los intersticios de la urbanización. Si bien el proceso es muy diferente al de la capital, la intervención pública con redes viales, conjuntos habitacionales y políticas crediticias va configurando algunos sectores del amplio territorio metropolitano. Los especialistas comienzan a preguntarse hasta dónde llega la ciudad y hasta dónde tiene que llegar. El ideario urbanístico está profundamente transformado y las ideas de la “ciudad nueva”, en el pasaje del “urbanismo” a la planificación, se hacen camino. Las nuevas configuraciones, registradas en una multiplicidad de planes y proyectos, aunque no logran transformar la ciudad en su conjunto, se van materializando en los fragmentos urbanos donde se diluye la trama regular e irrumpe el perfil de torres exentas. Nuevos tipos edilicios, supermanzanas y autopistas, son piezas de esas operaciones. ¿Qué pasó en esos años con las costaneras? Las obras públicas, que se paralizan con la crisis de 1930, se reactivan y se reformulan en el marco de las nuevas ideas del urbanismo. En el sur, el balneario y los equipamientos recreativos, que fueron para el intendente Carlos Noel (1922-1926) una de las principales obras de su gobierno, se fueron completando. Entre 1930 y 1950 el protagonismo se desplazó a la Costanera Norte, que se va rellenando desde 1923 con los escombros de la construcción de la línea B del subterráneo. Mientras se construían el malecón y se decidía la localización de los dispositivos de Obras Sanitarias de la Nación –como los desagües de los arroyos y la toma de agua de Dorrego, etc.–, esos territorios pantanosos eran visualizados como una oportunidad proyectual. El Parque de la Raza (1938) sobre las tierras ganadas al río, es corolario de la “Urbanización de la Ribera Norte” –una ambiciosa propuesta municipal que imaginaba una avenida subterránea capaz de comunicar las dos costaneras–, obstaculizadas por las instalaciones del Puerto Nuevo y de varias propuestas alternativas. En esos años, también se propone en ese sitio la localización de una Ciudad Universitaria (1935), pieza de la estrategia de reestructuración metropolitana, fundada sobre una red de centros funcionales. A partir de la década de 1940, junto con las ideas de planificación que se formulan en el Consejo Nacional de Posguerra de 1943 y se instauran como política de Estado del peronismo y los gobiernos desarrollistas, el tenor de los proyectos cambia. La intervención sobre la Costanera Norte –las Piletas de Núñez (1947-1950) y el Aeroparque (1947)– ilustran ese cambio de rumbos. Sin embargo, las expresiones más acabadas de la “ciudad nueva” pueden visualizarse en dos relevantes iniciativas de los años sesenta. Por un lado, la Autopista Ribereña (1958 - 1962), una de las piezas del Plan Regulador 1958-1962, da cuenta del enfoque de los nuevos modelos urbanísticos, si bien no encuentra condiciones de posibilidad hasta las propuestas anacrónicas del Plan de Autopistas del gobierno de la dictadura a fines de la década del setenta. Por otro lado, está la singular iniciativa para la creación de la Ciudad Deportiva de Boca (1964), sobre tierras ganadas al río, frente a la Costanera Sur. b. La “ciudad nueva” 2. HISTORIAS

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