30 La costa del Río de la Plata en Buenos Aires: Territorios, Historias, Debates Títulos de Obras y datos Año A fines del siglo XIX, luego de definir las fronteras de la nueva capital en 1887, Buenos Aires se transforma profundamente. En ese lapso se formularon los grandes proyectos de infraestructura –los puertos Madero y Nuevo, las usinas de la electricidad, las redes de agua y saneamiento– y de espacio público –balnearios, paseos ribereños– que configuran el borde costero de la ciudad capital. Hasta fines del siglo XIX se trataba de un “fondo de la ciudad”, una orilla fangosa que serpenteaba entre barrancas y bañados, donde tenían lugar las precarias actividades portuarias. Las características de esa costa, por geografía y como oportunidad y experimentación en referencia a las tierras ganadas al río, fueron tratadas en la sección TERRITORIOS. Para entender esos proyectos ribereños es útil revisar el contexto urbano y urbanístico de ese ciclo en que la ciudad metropolitana crece y es objeto de políticas de intervención y control por parte de las autoridades nacionales y municipales. Las normativas –el primer Reglamento de Edificación data de 1887–, el alineamiento –que fija las formas urbanas de la ciudad y de cada una de las parcelas– y los catastros son algunos de los instrumentos que, junto con la amplia esfera de intervención pública como la apertura de calles, avenidas, redes de equipamiento y servicios van organizando la ciudad moderna. La transformación de la tierra rural en urbana, la extensión de la urbanización por los medios de transporte, se suman a las tierras ganadas al río y se presentan como una atractiva oportunidad. En ese contexto, la transformación del centro de la ciudad y de los barrios fueron un relevante objeto de interés para los especialistas que se ocupan de la ciudad desde las oficinas públicas, y para los grupos empresarios, tanto nacionales como extranjeros, que vieron en la ciudad una fabulosa fuente para el despliegue de los negocios. ¿Qué planteó la bibliografía sobre la metropolización de la ciudad? Según James Scobbie, desde sus hipótesis estructural-funcionalistas, interesado en caracterizar la ciudad “burocrático comercial”, la capitalización, el flujo inmigratorio y la construcción del puerto fueron los principales factores que motorizaron la expansión desde el centro a los barrios. Por su parte, Adrian Gorelik, desde los estudios culturales, puso el foco en la “grilla” y el “parque”. Según su planteo, la cuadrícula extendida, que se consolida como forma urbana, se presenta como uno de los instrumentos administrativos que permite “controlar” la acción de los loteadores y ofrece el acceso a la propiedad de pequeñas parcelas de los sectores de clases medias, mientras “el parque” sería el recurso para cualificar los barrios de la expansión. Su trabajo pone el foco en el rol que le cupo al estado, a la administración municipal en contrapunto con las interpretaciones tradicionales que ponían el foco en los promotores y empresarios inmobiliarios en las modalidades de expansión. En esa línea, una serie de planes, proyectos y obras se formularon en esos años para configurar el conjunto de la ciudad. Como planteó Alicia Novick, los planes y proyectos, no son ideas ilusorias de los técnicos. Los planes dan cuenta de representaciones generales sobre la ciudad y la sociedad en un momento dado. Los proyectos son parte de esas amplias miradas y pueden hacer pie en la ciudad material cuando existen condiciones de posibilidad. En ese contexto, cabe también interrogarse, ¿por qué se hacen los proyectos que se hacen? La respuesta es incierta, pero es posible que se anuden en la toma de decisiones, los antecedentes y consensos sobre la necesidad de una obra, la disponibilidad económica y la voluntad política por ponerla en marcha. ¿Cómo entender la transformación ribereña en este contexto? En el ciclo colonial, ese borde era parte de la tierra no edificable. Los planos muestran las sutiles líneas de las mareas altas y bajas, registradas por los trabajos de Graciela Favelukes. A pesar de las prohibiciones, las construcciones precarias se fueron localizando sobre esa playa pantanosa y desprolija. Varios proyectos de puerto se fueron imaginando, mientras se construían los varios establecimientos industriales. En contraposición, las iniciativas para desarrollar barrios residenciales sobre las costas no prosperaron. Los dos puertos tuvieron un rol central. El proyecto del Puerto Madero, estudiado con precisión por Graciela Silvestri, se presentó como un buque insignia de la transformación del territorio costero durante el siglo XX. Su construcción mostró las potencialidades de “ganar tierras al río” y sobre esa experiencia, se desarrolló la expansión para el Puerto Nuevo desde 1912. En ese marco, de la mano de las ideas paisajísticas que valorizan el borde fluvial, las infraestructuras y los paseos organizaron el nuevo frente. El Puerto Nuevo sumó un amplio espacio urbanizable que completó la estructuración ribereña. En primer lugar, diferenció tres tramos: a. la Costanera Sur con su balneario que abraza en su extremo sur la Isla Demarchi; b. el sector del Puerto Nuevo y Retiro; c. La Costanera Norte que se extiende hasta el borde del municipio. Ese sitio de fronteras ambiguas, sede de edificios públicos y próximo a Retiro, se fue configurando como el “nudo intermodal”, y se consolidó con la terminal de ómnibus y el Aeroparque inaugurado en 1947, el tercer equipamiento técnico de gran escala que signó el desarrollo de la Costanera Norte. 2. HISTORIAS INTRODUCCIÓN
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