La Legislatura porteña aprobó las modificaciones del Código Urbanístico

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El oficialismo sumó los votos de sus aliados

Unión por la Patria se abstuvo en la votación general porque el proyecto era "insuficiente" y no reflejaba una "planificación integral".
Por Santiago Brunetto

En la última sesión del año, y en el marco de una jornada maratónica que continuaba al cierre de esta edición, la Legislatura porteña aprobó las actualizaciones al Código Urbanístico (CUR) luego de aprobar el boleto universitario y la ley de reparación integral vitalicia para sobrevivientes y familiares de víctimas de Cromañón (ver aparte). El Código, que viene a modificar el de 2018, fue votado con 31votos del oficialismo y sus bloques aliados, mientras que Unión por la Patria (UxP) anunció que se abstendría al advertir que el proyecto es "insuficiente" y no refleja una "planificación integral". Hubo entonces 18 abstenciones y 11 votos negativos.

El inicio de la sesión se demoró cuatro horas. Con negociaciones de votos y sucesivos cuartos intermedios, el temario con casi 200 proyectos, resoluciones y declaraciones comenzó a tratarse recién pasadas las 14 cuando estaba pautado para comenzar a las 9 de la mañana. Cerca de las 21, con otras dilaciones de por medio, llegó el turno de las modificaciones del CUR, que ya habían sido aprobadas en primera lectura y volvían al recinto luego de la audiencia pública del mes pasado. Con los votos de bloques aliados como la UCR o Confianza Pública, aunque con el rechazo de La Libertad Avanza (LLA), el oficialismo consiguió los votos necesarios para aprobarlo. Unión por la patria (UxP), pese a que se abstuvo en general, anunció que rechazaría y acompañaría diversos artículos en particular.  

La legisladora del oficialismo Paola Michielotto señaló al tomar la palabra que el nuevo CUR "mejorará la calidad de vida de los porteños" y que la ciudad requiere de "un desarrollo urbano más equilibrado que preserve la identidad barrial" y "revitalizar las áreas de menor desarrollo". En el primer sentido destacó dos incorporaciones: la Unidad de Sustentabilidad de Altura Baja 0, con un tope de 9 metros de altura a aplicar en sectores de barrios residenciales, y la ampliación de los pulmones de manzana. En el segundo, afirmó que se logrará con la figura de la "capacidad constructiva adicional" que prevé otorgar metros de constructividad en el sur a los desarrolladores que, por ejemplo, construyan en el norte.

Desde UxP, el diputado Matías Barroetaveña aseguró que el Código es "insuficiente porque no planifica, por ejemplo, sin tomar en cuenta la movilidad, pero se ha mejorado con la participación de los vecinos y con posibilidades de diálogo". "Llegamos a este momento después de lo que sucedió con el CUR de 2018 con esa idea de que se puede densificar la ciudad y hoy seguimos teniendo los problemas de antes pero agravados", sostuvo y advirtió sobre la "dificultad para acceder a vivienda, que necesita de ideas que están dando vueltas y pueden generar consensos".

Claudia Neira (UxP), por su parte, aseguró que "lo más preocupante es que detrás de este Código no hay una planificación integral que oriente el desarrollo urbano de la Ciudad". Destacó que "si llegamos acá es porque los colectivos vecinales dijeron que el CUR de 2018 estaba destrozando la ciudad" y consiguieron "algunas modificaciones positivas al proyecto del Ejecutivo: ajustes de alturas y densidades, recuperación del pulmón de manzana, creación de áreas de desarrollo prioritario". Al cierre de la discusión, la oposición también consiguió incluir en el Código la protección del edificio del Centro de Salud Mental N°1, que el Gobierno nacional había puesto a la venta en el marco de procesos de enajenación de la AABE.

Neira también criticó el instrumento de la "capacidad constructiva adicional, algo que la Ciudad no necesita y que lo único que va a traer son nuevos problemas". Desde la izquierda, en tanto, también advirtieron sobre ese mecanismo: "Le va a otorgar a los grupos inmobiliarios una plusvalía urbana muy significativa", sostuvo Gabriel Solano. LLA directamente rechazó el proyecto, pero por los motivos contrarios: "No nos comemos el cuento de la planificación cuando siguen limitando la libertad individual", aseguró María del Pilar Ramírez, quien criticó, por ejemplo, la figura de la "saturación de uso" que busca limitar actividades en zonas con usos que superen lo permitido: calificó al instrumento como un "atentado contra la propiedad privada".

La diputada Delfina Velázquez, en tanto, hizo hincapié en la participación ciudadana del proyecto, al señalar que "sigue estando ausente tanto acá como en la conducta general del oficialismo". Aseguró que las instancias de participación, como las rondas por comuna que se terminaron generando, fueron "arrancadas con muchísima insistencia de los bloques y de la ciudadanía". A su vez pidió que el Código incorpore un instrumento de "perspectiva ambiental al mismo nivel de las áreas de protección histórica". Desde la oposición indicaron que el CUR fue discutido sin la aprobación previa de un Código Ambiental y de la actualización del Plan Urbano Ambiental.

Antes de tratar el CUR, el oficialismo no pudo avanzar con la ley de "ficha limpia" para la ciudad, para la que necesitaba dos tercios del recinto. Al cierre de esta edición, y tras más de ocho horas de sesión, todavía buscaba votos en LLA para aprobar el presupuesto 2025.