Noticias Urbanas
13 Diciember, 2024
El CUR se aprobó, pero los bullrichistas y el bloque de Karina Milei se opusieron
En un tema clave para el jefe de Gobierno Jorge Macri, el bloque de Ramiro Marra fue imprescindible para su sanción.
En una sesión maratónica que arrancó este jueves pasadas las 13 y luego de las 23.30 de este jueves, la Legislatura porteña aprobó en segunda lectura y de manera definitiva el Código Urbanístico. El dato político de relevancia fue que los tres legisladores del Pro que responden a la ministra de Seguridad de la nación, patricia Bullrich, votaron en contra y los mismo hicieron los cinco legisladores del bloque de la Libertad Avanza que responden a Karina Milei. Este dato no es nada menor porque el CUR era uno de los temas importantes de la sesión y una de los proyectos que el jefe de Gobierno de la Ciudad, Jorge Macri, venía anunciando desde que era candidato a jefe comunal. Esto demostró la relación complicada y difícil que el oficialismo tiene en el palacio Legislativo con los representantes de Javier Milei en la Ciudad.
En este marco, nuevamente fueron claves para el Pro los votos de los cinco legisladores del bloque de la Libertad Avanza que lidera Ramiro marra. Sin ellos, el CUR no salía. Los 18 legisladores de Unión por la Patria se abstuvieron.
Vamos por Mas (Pro y Coalición Cívica), la UCR, el socialismo, Confianza Pública, Republicanos Unidos y Compromiso Liberal Republicano, todos espacios de Juntos por el Cambio, votaron a favor.
Cerca de las 21, los legisladores iniciaron el tratamiento del Código Urbanístico que reemplazará a la versión del 2018. Según se desprende del texto acordado, regirán en la Ciudad más limitaciones a las alturas máximas en barrios residenciales. Y sumará una nueva herramienta que posibilitará a los desarrolladores levantar metros en zonas de alta densidad si invierten en barrios del sur.
La legisladora del oficialismo Paola Michielotto destacó que la ley “sin lugar a dudas mejorará la calidad de vida de los porteños” y sostuvo que la ciudad “es dinámica, global y heterogénea”. “Tenemos que comprender y escuchar a los distintos actores que son parte de ella”, dijo.
La reforma llega después de una primera sanción de parte de la Legislatura, ocurrida a finales de septiembre con votos del oficialismo y aliados. También, fue abordada en una audiencia pública de ocho jornadas en la cual los referentes barriales expresaron su desacuerdo con algunas de las medidas incluidas en la nueva redacción.
Por definición, el Código “ordena el tejido urbano, la edificabilidad, los usos del suelo y la protección patrimonial e identidad”, entre otros aspectos, tanto de los espacios públicos como los privados. A mediados de año, el gobierno porteño planteó modificaciones al entender que se necesitaba “una densidad mejor distribuida y un desarrollo urbano más equilibrado”.
El ajuste busca mitigar los efectos de aquella normativa que estandarizó las alturas permitidas para las construcciones en todos los barrios, con lo que multiplicaron edificios en zonas de casas bajas. Y recuperar el denominado “pulmón de manzana” como superficie verde absorbente y que fue reducido notablemente como requisito de la planificación urbana seis años atrás.
En la redacción final del proyecto fueron incorporadas de una manera más fuerte herramientas que estaban imprecisas en la primera sanción. Entre ellas, se destacan la capacidad constructiva adicional, la creación de áreas de desarrollo prioritario y zonas de promoción de espacios verdes, el límite a altura de 9 metros a las construcciones en los más de 400 pasajes y la incorporación de lineamientos para la reurbanización de barrios populares.
La capacidad constructiva adicional (CAC) fomenta el equilibrio urbano a través de la revitalización de áreas en el sur de la ciudad a partir de un estímulo a los desarrolladores para que inviertan en esas zonas, a las que denomina como “emisoras de metros”, y reciban –como contraprestación– beneficios para emprender proyectos inmobiliarios en polígonos con más densidad urbana o “receptores de metros”.
A diferencia de septiembre, en esta oportunidad fueron localizadas las áreas específicas “emisoras” en los barrios de La Boca, Pompeya-Parque Patricios, Constitución, Barracas, Villa Lugano y en la Villa Olímpica.
Como beneficiarios de metros también figuran quienes lleven adelante obras de puesta en valor de inmuebles que están catalogados por su valor patrimonial, pero que registran daños o abandono de la estructura debido al costo que requiere el mantenimiento de este tipo de edificaciones antiguas. Allí, prevé intervenciones como restauraciones y readecuaciones tecnológicas.
En igual sentido, considera como emisores metros a los propietarios de parcelas “destinadas a estacionamientos de una sola planta, cubiertos o descubiertos o de lotes baldíos” que cedan al gobierno porteño la titularidad para convertirlos en “nuevos espacios verdes de uso público”. La idea es que ello se aplique para la creación de áreas de promoción de espacios verdes en los barrios de San Nicolás, Monserrat, Balvanera, San Telmo, Almagro y Santa Rita.