Tres millones de personas viven en asentamientos informales

Ann Mitchell PARA LA NACION | LA NACION | ECONOMÍA | POBREZA

El mundo está cada vez más urbanizado. Más de la mitad de la población global y el 80% de la población de América Latina vive en ciudades. Asociada a esta tendencia se observa una creciente concentración de la pobreza en las áreas urbanas y, dentro de ellas, en los asentamientos informales. Según UN-Habitat, la cantidad de personas que viven en urbanizaciones informales pasó de 689 millones en 1990 a 880 millones en 2014, de los cuales 104 millones de personas viven en América Latina.

El Registro Nacional de Barrios Populares llevado adelante por el gobierno nacional en colaboración con organizaciones sociales ha permitido identificar, mapear y visualizar los asentamientos informales de Argentina. El relevamiento realizado entre 2016 y 2017 registró 4.228 barrios populares en donde viven unas 800 mil familias o 3 millones de personas.

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En la Ciudad de Buenos Aires, que tiene 55 asentamientos informales con cerca de 82 mil familias, el gobierno ha emprendido un programa ambicioso de urbanización e integración, que empieza con la villa 31-31 bis de Retiro, la villa 20 de Lugano, la villa Rodrigo Bueno en Puerto Madero y el asentamiento Playón de Chacarita. El plan de urbanización, financiado con recursos de las organizaciones internacionales, invierte en infraestructura básica, viviendas nuevas y mejoradas, y acciones para mejorar la conectividad con el resto de la ciudad. Estas políticas avanzan sobre una importante cuenta pendiente que tenemos los porteños: ocuparnos de los territorios de alta concentración de pobreza que están inmersos en la ciudad más rica del país.

Sin embargo, ¿cómo viven los cambios realizados quienes habitan estos barrios? ¿Mejora su calidad de vida? ¿Lleva al desplazamiento de los habitantes? El enfoque de las capacidades provee conceptos teóricos y herramientas analíticas para contribuir a comprender los desafíos vinculados con los procesos de integración de los barrios informales y diseñar políticas que disminuyen la desigualdad urbana. La idea central del enfoque, introducido por el economista-filósofo Amartya Sen, es que a la hora de evaluar el grado de pobreza en que viven las personas y las brechas en la calidad de vida, el criterio no debería ser su nivel de ingreso sino las 'capacidades' o libertades reales que las personas tienen para ser o hacer lo que ellos consideran valioso (por ejemplo, vivir en una casa digna, gozar de buena salud o trabajar en un empleo seguro). Las personas que viven en situación de pobreza no solo carecen de un ingreso suficiente, sino que enfrentan una pluralidad de desventajas. La pobreza es un concepto multidimensional.

Según Sen, el nivel de ingreso no alcanza para comprender la pobreza porque los recursos que una persona necesita para alcanzar las libertades reales varían según las características individuales y el contexto cultural, social e institucional en el cual le toca vivir. Por ejemplo, los recursos necesarios para asegurar la conectividad son más altos para una persona con una discapacidad motora que para otra que no tiene esta desventaja. Si el individuo vive sobre un pasillo estrecho dentro de una villa, lograr la conectividad dentro de la ciudad tendrá un costo todavía mayor. Además, este enfoque nos lleva a considerar no solo las privaciones materiales sino también las privaciones no tangibles, como no tener la libertad de caminar por la calle sin miedo o carecer de oportunidades para socializar o participar en la vida comunitaria.

¿Qué rol están teniendo los habitantes de las villas en la urbanización de sus barrios? ¿Se promueven procesos participativos? El enfoque de las capacidades también proporciona un rol central al hecho de que las personas actúen como agentes de su propio desarrollo. En este sentido, el enfoque de las capacidades destaca la importancia de involucrar a los habitantes en los procesos de toma decisiones, como uno de los ejes centrales en el diseño de las políticas de urbanización e integración de los asentamientos informales.

Entre el 30 de agosto y el 1º de septiembre la UCA recibirá a más de 350 académicos y formadores de políticas del mundo para participar en la Conferencia Internacional de la Asociación sobre Desarrollo Humano y Capacidades titulada "Desarrollo humano e inclusión social en un mundo crecientemente urbanizado". Será una oportunidad propicia para analizar los desafíos urbanos desde el enfoque de las capacidades y también para impulsar en el país nuevas formas de comprender y medir la pobreza y diseñar políticas efectivas para combatirla.

Por: Ann Mitchell. La autora es profesora de la Facultad de Ciencias Económicas de la UCA.