Edificios, cámaras de seguridad y hasta un puente, el legado de las olimpíadas

La Nación | Mauricio Giambartolomei

Finalizado el evento, los porteños disfrutarán de las viviendas que ocuparon los atletas
y sus muebles; el Cenard heredará instalaciones deportivas y queda una nueva
conexión vial sobre Riachuelo

Desde que se apagó la llama olímpica, poco a poco fueron desapareciendo las
marcas de los Juegos de la Juventud que inundaron las calles porteñas, aunque los
recuerdos de las últimas dos semanas perdurarán para siempre, desde la ceremonia
inaugural en la avenida 9 de Julio hasta las últimas medallas que consiguió la
delegación argentina. A partir de ahora, la ciudad aprovechará la infraestructura que
dejaron las competencias: departamentos, cámaras de seguridad, escenarios deportivos
y mobiliario forman parte del legado.

Puerto Madero recuperará su dinámica habitual después de ser el escenario de las
pruebas deportivas y urbanas más extremas, como el BMX y el alpinismo, y a pesar de la
fascinación que causó entre los riders la pista de obstáculos, la estructura se desarmará
y seguirá su viaje por distintas ciudades del mundo. Lo mismo ocurrirá con el Parque
Verde, en Palermo, y con todo lo montado en el Parque Sarmiento. La ganancia, sin
embargo, será grande.

La Villa Olímpica es, por lejos, la mejor herencia de los Juegos Olímpicos, con sus 1050
departamentos distribuidos en 31 edificios que a partir de marzo próximo serán
ocupados por sus flamantes dueños. En el predio, de 32 hectáreas, nacerá un barrio con
nuevas calles, hospital, jardín de infantes y 40 locales comerciales que se subastarán en
diciembre y en junio de 2019.
Desde que comenzó su construcción, en febrero de 2016, la villa creció con el objetivo no
solo de alojar a los atletas, sino también de aportar alguna solución al déficit
habitacional, que en Buenos Aires alcanza a unas 500.000 personas, más del 10% de los
porteños. La ecuación créditos accesibles más subsidios del Estado generó una
expectativa fuera de lo común, con más de 10.000 postulantes para acceder a las
viviendas destinadas a la clase media y con prioridad para docentes y policías de la
ciudad.

Cerca de allí se tendió el Puente Olímpico Ribera Sur, para conectar el partido de Lanús
con el sur porteño. Aunque la obra fue pensada para facilitar el traslado de los
deportistas, entrenadores y miembros de la organización, ahora será de gran utilidad
para los 800 vehículos que cruzan por hora por allí. Cuenta con cuatro carriles de
circulación (dos por sentido), 60 metros de longitud, veredas peatonales y una ciclovía.
Se trata del séptimo puente que conecta la provincia con la Capital y para su
construcción se invirtieron $249 millones.

La nueva traza se encuentra cerca del Parque Olímpico desarrollado en el Parque Roca,
otra importante herencia de los Juegos Olímpicos. El viernes, el presidente Mauricio
Macri, junto al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta , anunció el
traspaso de esas instalaciones a la Secretaría de Deportes de la Nación que trasladará
allí, en forma progresiva, el Centro de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard),
actualmente en Núñez. La mudanza a Villa Soldati será progresiva y llevará al menos un
año, tiempo que se utilizará para construir un hotel para los deportistas, un hospital
laboratorio y una escuela.

Transformación en Núñez

Se podrían enumerar más beneficios deportivos que quedarán para la ciudad, como el
estadio de tenis Mary Terán de Weiss, en Parque Roca, que finalmente fue techado,
después de varios años de demoras. Pero también aparecen otras ganancias sociales,
aunque puedan parecer pequeñas al compararse con las megaobras realizadas en los
últimos años.

En Palermo, por ejemplo, donde funcionó el Parque Verde, se instalaron 70 cámaras de
seguridad en todo el entorno y 40 nuevas luminarias, además del reasfaltado de las
calles internas de los bosques donde se practicaron deportes como triatlón, tenis, beach
voley, ciclismo, tenis y futsal.
Asimismo, en la etapa de reacondicionamiento de los departamentos de la Villa
Olímpica se retirarán 4000 camas, 4400 colchones, 4200 lámparas y 90.000 artículos
de ropa blanca (sábanas, almohadas y acolchados) que el Ministerio de Desarrollo
Humano y Hábitat distribuirá en diferentes lugares.

El destino de todos estos elementos serán 27 paradores para albergar personas en
situación de calle, 47 hogares para niños, niñas y adolescentes y cinco hogares para
personas de la tercera edad. Además, se asignarán al refugio para víctimas de violencia
doméstica Mariquita Sánchez, al refugio de víctimas de trata con explotación laboral o
sexual Tita Merello, al hogar de madres adolescentes víctimas de violencia doméstica
Eva Duarte y a las casas de medio camino para mujeres víctimas de la violencia de
género Juana Manso y Margarita Barrientos.