Del “foquismo” urbano a la ciudad como “sistema” / El rol de los centros de las grandes ciudades

Oul-BAM | Observatorio Urbano Local Buenos Aires Metropolitana | Abril 2018 | Por Artemio Pedro Abba

Autor: Artemio Pedro Abba, Coordinador General del Observatorio Urbano Local – Buenos Aires Metropolitana (OUL-BAM), CIHaM/FADU/UBA

Entender que las grandes ciudades constituyen sistemas integrados es un pre-requisito para intervenir en ellas. En los ’80 se propuso la idea de un “foquismo urbanístico” (FU), pensando que las actuaciones a través de “proyectos urbanos” localizados eran capaces de modificar el todo. Presente subrepticiamente en la idea del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (GCABA) de aumentar y hasta duplicar la población de la Ciudad, sin tener en cuenta que la tendencia de terciarización (ya vigente desde los ’50) y el nuevo auge de las actividades I+D+i siguen expulsando residencia en el núcleo central metropolitano (Abba, A. P., 2014).
Actualmente se propone la noción de “acupuntura urbana” (AU), que más que retomar el concepto FU de proyecto parece apoyarse en otra idea que se remonta a los ’90, aquella de que “small is beautiful” (Schumacher, E. F., 1978), y coincidente con el enfoque de focalización de las políticas sociales propugnado desde los organismos multilaterales (Coraggio, J. L., 1995). Identificable al momento de calificar a Buenos Aires de Ciudad Verde cuando se aplican dosis homeopáticas de dichos espacios, no propiciando políticas de estado para preservar aquellos recursos de baja antropización que aún restan (de escala barrial, urbana o regional) y que están siendo afectados por desarrollos inmobiliarios o la propia expansión periférica que avanza sobre el verde productivo (Londra, R., 2018).

El proceso mundial de concentración de la población en ciudades, muy avanzado en el país, obliga a adoptar un marco conceptual que abrace la idea de la intervención “multiescalar”, precisamente porque hay una relación que retroalimenta el todo y las partes, recuperando un pensamiento multidimensional que irrumpió en los años ’60 con la emergencia del pensamiento sistémico urbano (Mc Loughlin, B., 1971), los modelos de uso del suelo y transporte (Lowry, I, 1964) y el pensamiento estructuralista que vinculaba lo sincrónico y lo diacrónico (Goldmann, L., 1975). Es el momento más fecundo de la naciente ciencia urbana y coincidió con la creciente importancia de las grandes ciudades, resultado de los procesos de metropolización ya visibles en la primera mitad del siglo XX.

“En los asentamientos humanos, la estructura de relaciones espaciales reconoce y modifica la calidad de los componentes cargando de mayor o menor centralidad a las unidades que la forman. Si bien una pieza urbana, como gustan llamar a estos componentes desde el urbanismo, puede explicar por sí misma la contraparte urbana en la que se sitúa, solo se entiende cabalmente su dimensión de centralidad al ser re-significada por el sistema urbano en que se inserta.”(Abba, A. P., diciembre 2008).

Desde los ’80 las iniciativas sobre los centros históricos retoman una visión de la preservación (muchas veces solo o predominantemente física) de los deteriorados y muchas veces abandonados distritos urbanos fundacionales (con la emigración de ciertos sectores sociales y actividades). Si bien fueron incorporando cada vez con mayor énfasis visiones socio-antropológicas, sus objetivos resultaban débiles frente las tendencias del mercado urbano que prefería la renovación urbana (con procesos de gentrificación) buscando intervenciones rentables más que la restauración o preservación urbana y el tejido social.

Una iniciativa intentada actualmente en Francia parece superadora de ese camino poco fértil de las últimas décadas. Se está buscando destinar recursos financieros de importancia a fortalecer las viejas áreas centrales como un modo de evitar las deseconomías de la expansión de baja densidad, destructora por otra parte del entorno rural productivo (Brault, Edgar, 2018). Pareciera que después de un largo y poco fructífero camino de actuar de manera fragmentaria sobre los centros históricos se percibe la necesidad de entenderlos como un componente que se retroalimenta de manera sinérgica con el resto del sistema metropolitano, desde un enfoque urbano integral y multiescalar.

En el caso de Buenos Aires Metropolitana habría que rescatar del período de los ’90 un conjunto de acciones entre las que se destacan el Programa de Revitalización de la Avenida de Mayo (PRAM, Clarín, 1998) y el proyecto de Puerto Madero (Abba, A. P., diciembre 2008), que apuntaban implícita o explícitamente en esa línea. Posteriormente el Proyecto del Área Centro, a fines de los ’90, intenta recuperar la vitalidad del alicaído centro histórico procurando aprovechar las sinergias de Puerto Madero (Ciocca, S. y Serrano, R., 2001).

Contemporáneamente, a comienzos del siglo XXI el gobierno del PRO se capitaliza políticamente con la peatonalización del Área Central y el Metrobús, contribuyendo a la idea de revitalizar el área central, incorporando a disgusto (pero incorporando al fin) la urbanización de las villas, que también contribuye a aumentar la sinergia al pasar de ghettos fracturados a la integración como nuevos barrios, cambiando el perfil sociodemográfico de la ciudad central. Sin embargo estas acciones necesitan reforzar su intervención sistémica y multiescalar, incorporando formas de gestión metropolitana transversales que permitan hacer más eficientes y eficaces las inversiones en curso.

Los proyectos ya licitados del sector del transporte público (RER, Metrobus, etc.) con alcance metropolitano disminuirán fuertemente la fricción del espacio, el principal factor constructor de inequidad socioterritorial en las últimas 4 décadas en la Buenos aires Metropolitana (Abba, A. P., 2015). La demanda de suelos para funciones centrales debe pensarse a escala de la ciudad real metropolitana y requiere intensificar esta visión integrada que, simultáneamente, actúe sobre las centralidades tradicionales y las nuevas centralidades que emergieron en las últimas dos décadas (Abba, A. P., 2010).

Debe actuarse de manera simultánea sobre las áreas centrales degradadas y sobre el avance ecológicamente degradante sobre la periferia, con políticas públicas de mediano y largo plazo. Un tema clave es analizar de manera conjunta el proyecto de nuevo Código Urbanístico para la Ciudad, muy certeramente comentado por Margarita Charriere (Charriere, M, 2018) y la política de Distritos Creativos (Tabakman, D., 2018) que viene implementando la CABA y, por otra parte, coordinar con el mapa de usos más allá de la Av. General Paz, más aun con el nuevo escenario que propician las ya comentadas inversiones en materia de transporte.

Las recomendaciones del CPAU enfatizan que “no se da respuesta a muchos de los criterios que se establecen en el Art. 24 de la Ley 2930 para la realización del Código Urbanístico (Corti, M., 2009), que incluyen la visión metropolitana, respaldada por la voluntad política actual de tratar estos temas entre ciudad, provincia y nación con la creación de la COCAMBA, y cuya definición debería contemplar los grandes equipamientos, la vialidad y la matriz ambiental por fuera de los límites político-administrativos”. Y en relación a la cuestión de las centralidades considera que “el sistema policéntrico carece de un estudio a escala regional, considerando los subcentros metropolitanos, sus relaciones y posibilidades de conexión, entre sí y con las centralidades de la ciudad capital” (CPAU, 2017).

Quedó claro que la irrupción del Gabinete Metropolitano (idM, 2016), facilitado por la “triple corona” electoral de Cambiemos en 2015, solo tuvo un efecto puntual para algunas pocas cuestiones coyunturales pero no registró continuidad ni se constituyó en el ámbito adecuado para la formulación de políticas públicas metropolitanas de mediano y largo plazo. Esa circunstancia justificó plenamente la creación a fines de 2016 de la Comisión Consultiva del Área Metropolitana de Buenos Aires (COCAMBA) por Decreto 1126/2016, que avanzó en la propuesta de un organismo que se ocupe de la formulación de políticas públicas que involucran a la Ciudad, Provincia y Nación en el territorio metropolitano (La Tecla, 2016).

La actividad de la COCAMBA quedó lamentablemente detenida a partir de la renuncia de su Secretario Ejecutivo, el Dr. Facundo Suarez Lastra, que ocupó una banca en la HCD de la Nación, y solo muy recientemente ha sido cubierto por un sucesor. Una visión estratégica para la Buenos Aires Metropolitana, componente clave en el desarrollo del país (Ortiz, P., 2017), solo tendrá un espacio propio de concreción avanzando en el marco de las funciones sustantivas que le fueran asignadas a la COCAMBA: “proponer medidas dirigidas a favorecer la coordinación entre las Jurisdicciones que se asientan en el Área Metropolitana de Buenos Aires y formular propuestas de políticas públicas de innovación institucional para el Área Metropolitana de Buenos Aires, que tengan como base el desarrollo humano, económico, tecnológico, ambiental y urbano” (DECRETO NACIONAL 1.126/2016).

La “formación de institucionalidad metropolitana” sería un importante paso que pareciera posible alcanzar mediante la continuidad del camino iniciado a fines de 2016. Constituiría la respuesta de una “ciudadanía inteligente” que se reconoce en su hábitat integral, incorporando acciones focales o de fina acupuntura pero no apostando al espejismo de que mediante ellas se resolverán los acumulativos problemas de inequidad, infraestructura y ambiente de la Buenos Aires Metropolitana.

INSTITUCIONALIDAD METROPOLITANA / ANALISIS DE COYUNTURA
Período 1/01/18 al 31/03/18

Resumen de los temas metropolitanos del período analizado

En este trimestre, además de la cuestión destacada de las debilidades manifestadas en la cuestión de la Gestión Metropolitana (ver Cuadro 1), se destacan situaciones relacionadas con: 1) algunos hechos positivos en relación a mejoras en la oferta del transporte público metropolitano y los riesgos del escenario futuro de la Movilidad Urbana en las ciudades que proponen las empresas del sector Smart City, y 2) la evolución negativa de la situación social metropolitana (ver los detalles en Anexo I, Cuadros Nº 2, Nº 3, Nº 4).

BIBLIOGRAFÍA

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Abba, Artemio Pedro, (2014), “¿Puede Buenos Aires “crecer de golpe? / Mirada metropolitana de la demografía de la ciudad central”, Café de las Ciudades Revista Digital Año 13 / Número 138-139 / Abril-Mayo 2014.

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Charriere, Margarita , (2018), Nuevo código urbanístico de Buenos Aires, Reporte Inmobiliario TV, entrevista publicada el 3 abril 2018 - Arq– CPAU https://www.youtube.com/watch?v=9b-oXPk8T2k

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Tabakman, Damián, (2018), “Sobre el nuevo código de planeamiento para Buenos Aires”, Reporte Inmobiliario, 16 de marzo de 2018.


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